Planificación familiar: Una responsabilidad compartida

Planificación familiar: Una responsabilidad compartida

En la actualidad parece haber consenso social acerca de la importancia de la planificación familiar, es decir, de decidir cuándo tener hijos, y a partir de allí, qué método anticonceptivo utilizar para llevar una vida sexual segura y satisfactoria.

 

Sin embargo, todavía hoy, la elección y decisión del método suele ser dejado a la mujer y al asesoramiento de su médico ginecólogo. ¿Y el varón de la pareja? Más allá de que el preservativo es el único método anticonceptivo que puede utilizar un hombre (ya que la vasectomía no es legal en diversas regiones del mundo), 

¿Qué lugar ocupan los hombres en la decisión y utilización del cuidado anticonceptivo?

Algunos acompañan a sus parejas a la visita médica, otros dejan el tema totalmente en manos de ellas.

Es esperable que las decisiones de la vida en pareja sean tomadas por ambos, acordadas, conversadas. Que ninguno se desentienda de sus responsabilidades. La sexualidad es parte fundamental de la relación de pareja y necesita, para su armonía, compartir el placer y los cuidados.

El aprendizaje del cuidado mutuo (o del descuido) comienza desde los primeros años de vida, sin embargo es en la adolescencia cuando empieza a efectivizarse como posibilidad concreta. Las chicas y los chicos, empujados por su sexualidad, suelen encontrarse sin demasiada conciencia de la importancia del cuidado y menos aún que lo sea hacia sí mismo y hacia el otro.

¿Cuáles son los efectos del aprendizaje del descuido?

Embarazos no deseados, abortos, sufrimiento emocional, relaciones mecanizadas, trastornos sexuales, enfermedades transmisibles sexualmente, desequilibrio afectivo.

El aprendizaje del cuidado es un derecho de ambos sexos. Los varones y las mujeres necesitan saber acerca de los métodos anticonceptivos eficaces y de aquellos que además de no ser seguros, trastornan el desarrollo de una sexualidad saludable.

Pero no sólo necesitan tener información adecuada, también se hace imprescindible que tomen conciencia de que los varones son parte activa en la prevención.

Forma parte de la educación sexual desde los vínculos afectivos y sexuales sanos el aprendizaje de la responsabilidad compartida. La manifestación de la sexualidad no debe ser sólo impulsiva, requiere de una integración afectiva y emocional que se va aprendiendo desde las actitudes de los adultos significativos, desde el grupo de amigos, desde los medios de comunicación. ¿Todos ellos socializan sexualmente desde la salud? Es un desafío para los adultos responsables comprometerse con que sí lo sea.

Autor: Lic. Virginia Martínez Verdier

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