Por qué las adolescentes deben pasar solas al consultorio de ginecología

Porqué las adolescentes deben pasar solas al consultorio de ginecología

La Lic. Gómez explica la importancia de que la paciente adolescente establezca una relación directa con su médico ginecólogo, sin la mediación de los padres, para permitir una buena transmisión de los conceptos de educación sexual.

 

Sala de espera de consultorio de ginecología infanto juvenil, sentadas esperando está una adolescente de 13 años junto a su madre. Me acerco, me presento y le ofrezco un folleto sobre métodos anticonceptivos antes de comenzar la charla sobre salud y prevención. La madre se adelanta, toma ella el folleto y dice: “Mi hija es muy chica todavía”.

La joven calla y baja la cabeza. Al rato la llaman desde el consultorio. La mamá la acompaña y entra con su hija, entorpeciendo, sin querer, la posibilidad de que la joven hable con su doctora y le cuente lo que no le ha podido contar a ella. Seguramente esta mamá piense que así la está cuidando pero a veces no es así.

Ella no sabe que existe la posibilidad de que su hija ya esté teniendo relaciones sexuales o esté por iniciarse en cualquier momento.

En Argentina las y los jóvenes se inician sexualmente, en promedio, entre los 14-15 años. El 80% de los jóvenes no usa preservativo en la primera relación sexual.

Si esta joven, como tantas otras no puede hablar a solas con la ginecóloga, si no han recibido información correcta, si no hablaron de sexo en sus casas, si con suerte sólo han tenido una sola charla de educación sexual durante toda la escolaridad: ¿cómo pretendemos que se cuiden bien y decidan con convicción cuándo empezar a tener relaciones sexuales?

¿Qué quieren saber sobre sexualidad?

En la línea 0800 de la Fundación Centro Latinoamericano Salud y Mujer, precursora y creadora de este tipo de servicios, que funcionó durante 10 años ofreciendo orientación sexual a adolescentes de entre 11 y 20 años (el 45% de  los 3000 llamados anuales recibidos) se escuchaban estas preguntas:

• ¿Cómo cuidarse? Ya habían tenido una relación o estaban por concretarla en esa semana.

Dudas sobre cómo cuidarse con las fechas (Método no científico y de bajísima eficacia)

• Sobre la anticoncepción de emergencia porque no se habían cuidado y temían quedar embarazadas.

• Sobre un embarazo en curso y del miedo que tenían de contarle a sus padres.

• La confusión entre ovulación y menstruación.

<• Dudas sobre la falta de placer y qué es un orgasmo.

• Información sobre el sexo anal.

Estas y estos jóvenes eran por lo general estudiantes y querían saber lo que nadie les había dicho sobre el sexo. Conocían muy poco sobre sus cuerpos y su funcionamiento y menos aún sobre el placer y sus derechos.

Actualmente funciona una línea del Ministerio de Salud 0800-222-3444, gratuita, las 24hs y para todo el país.

Los adultos no hablan de sexualidad con sus hijos.

Según una encuesta de la Fundación, realizada a padres y a sus hijos adolescentes sobre educación sexual transmitida y recibida, el 100% de los padres y madres dijeron que habían dado educación sexual a sus hijos.

Pero llamativamente, al preguntarles a sus hijos, el 100% manifestó no haber recibido educación sexual de parte de sus padres.

Claramente, lo que ambos grupos perciben como educación sexual es muy distinto. Por otro lado lo poco que se transmite a veces llega tarde, cargado de mitos y tabúes.

Ocurre que algunos padres sostienen la falsa creencia de que hablar de sexo y anticoncepción con sus hijos es una manera de darles permisos y estimularlos para iniciarse.

Pero no es así. En otra encuesta, el 70% de los adolescentes, luego de manifestar que sus padres no querían que ellos tuvieran sexo, admitieron que igualmente se iniciarían cuando tuvieran ganas de hacerlo. Y la realidad así lo demuestra.

Es importante aclarar que una cosa es educar y otra, muy distinta es erotizar. Los jóvenes ya están erotizados y excitados naturalmente. El deseo, la curiosidad, las emociones y sensaciones los llevan a iniciarse y cuando quieren hacerlo, lo hacen.

¿Qué papel cumple el grupo de pares?

También está el grupo de amigos. Hablan entre ellos para saber quién empezó, quién se animó, cómo fue la cosa. Es muy fuerte la presión del grupo para “debutar” lo antes posible y la presión de algunos varones para que la chica en cuestión diga que sí.

Teniendo relaciones sexuales se asegurarían una identidad masculina indudable. Entre las chicas la presión es para ver quién fue la primera, quien será la más experimentada, la más deseada, la más popular. Presiones y estímulos no les faltan. Lo que falta es cuidado, información, prevención, consciencia y ejercicio del derecho que tienen los jóvenes a decir que no, a decidir desde ellos mismos cuando y con quien iniciarse.

Entonces, ¿Qué podemos hacer?

Los padres pueden brindar las herramientas para que sus hijos se cuiden pero no pueden pegarse como estampillas a ellos para que nada les pase.

Desde el año 2006, existe una ley que ordena dictar educación sexual en las escuelas. Lograr que esto se cumpla de manera integral, en los primeros años de escolaridad y que llegue a todos los jóvenes de nuestro país, ha sido hasta ahora bastante difícil de implementar.

Por eso quien debe tomar la posta en el cuidado de sus hijos es la familia. Sin dar discursos, ni monólogos catedráticos o represores, sino dialogando, escuchándolos, generando confianza, transmitiendo valores y como decía al principio del texto, facilitándoles el acceso a una consulta médica a solas.

El médico/a no está sólo para curar sino también para prevenir. Con adolescentes esta es la tarea principal.

Los padres deben confiar y facilitar el acceso autónomo de sus hijos a la salud ya que el deseo y la obligación  de todos debería ser  fundamentalmente cuidarlos/as.

Licenciada Andrea Gómez
Psicóloga- Sexóloga – Especialista en educación sexual

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *