Afrodisíacos: ¿Verdad o mito?

Afrodisíacos: ¿Verdad o mito?

Los Afrodisíacos son sustancias (alimentos o fármacos) que popularmente se las consideran pasibles de aumentar la energía sexual.

 

Culturalmente se atribuyó esta capacidad a aquellos alimentos que tuvieran las formas de los genitales (banana o almejas, por ejemplo), o a los desconocidos para esa cultura como por ejemplo la papa en Europa.

Las creencias populares, aunque no sean ciertas, igualmente producen efectos por la fuerza y su sostenimiento a lo largo del tiempo. En ese sentido, los afrodisíacos no tienen una incidencia real sobre la sexualidad, sin embargo, si la persona cree que la tendrá, seguramente la tendrá. 

En medicina se lo llama “efecto placebo”.  Por ello, la preparación de una comida “afrodisíaca” puede lograr el efecto deseado, ya que las personas se predisponen positivamente a ello.

Por otro lado, recordemos que el erotismo es estimulado a través de nuestros sentidos y su percepción del mundo externo, así como por nuestras fantasías y mundo interno. El gusto es uno de nuestros sentidos, por ello, su estimulación por un sabor grato para la persona y con una connotación espacial, producirá un efecto erógeno.

Acerca de las drogas y el alcohol, su consumo desinhibe a la persona y puede permitirle mantener actitudes que de otro modo no tendría. Sin embargo, un consumo abusivo produce el efecto contrario, inhibe al sistema nervioso central y produce enlentecimiento en la respuesta sexual que lleva a disfunciones sexuales (por ejemplo, anorgasmia o disfunción erectiva).

Los mejores afrodisíacos son la claridad en los sentimientos y las emociones, los permisos para disfrutar, las fantasías sin culpas, el despliegue saludable del erotismo personal, y todo aquello que  ayude a enfrentar de la rutina y los prejuicios y a recrear el vínculo de la pareja.

Autor: Lic. Virginia Martínez Verdier
www.sexuar.com.ar

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