Planificación familiar

Planificación familiar

Elegir cuándo y cómo tener hijos, la forma y el futuro de cada familia, es un derecho inalienable de las personas. Sin embargo, es preciso informarse para tomar la decisión de manera responsable.

Práctica de la planificación familiar

La extensión en el uso de esta práctica de planificación familiar vino de la mano del mayor conocimiento sobre la reproducción y del posicionamiento de la mujer en la toma de decisiones sobre el ejercicio sexual.

Por definición, la planificación familiar es la adopción voluntaria de alguna forma de contracepción, de alguna de las técnicas diseñadas para controlar la fecundidad de la mujer, permitiendo así programar los nacimientos de los hijos en el momento deseado, sin renunciar a una actividad sexual normal.

Es, en esencia, un derecho: el de decidir de manera libre, responsable e informada el número y espaciamiento en el nacimiento de los hijos.

Existen diversas razones que pueden llevar a tomar la decisión de planificar: por un lado, las individuales; la planificación familiar es una vía para mejorar el status de la mujer en la sociedad, posicionándola en tareas distintas de las maternas y domésticas; contribuye, además, a que se adueñe de su proceso reproductivo y pueda controlarlo.

Por otra parte, están los motivos sanitarios: cuando los embarazos son muy seguidos o numerosos o la madre es muy joven o mayor de 35 años (Llamada «maternidad tardía»), los riesgos aumentan; también en casos de enfermedades crónicas es necesario limitar los embarazos, para no poner en peligro la vida del bebé y/o de la madre.

La forma óptima de cuidarse es diferente para cada pareja, por lo que es preciso conocer todas las opciones. Se recomienda acudir al centro de salud más cercano y seleccionar el más adecuado entre los aprobados por las autoridades sanitarias.

Generalmente, la educación sexual que reciben los jóvenes en la escuela no es la correcta para facilitar una formación que lleve a estructurar exitosamente una vida en familia, ya que predominan visiones simplistas, reduccionistas y limitadas. Es necesario continuar haciendo hincapié al respecto para que cada persona pueda decidir en completa libertad de acuerdo a su cultura, creencias y motivaciones.

Planificar es poder decidir cómo va a ser nuestra vida y lo que es mejor para nosotros y nuestros hijos. La posibilidad de optar con responsabilidad, teniendo claro nuestro proyecto, nos permitirá crear una pareja y familia sana, aquello que la sociedad necesita para su equilibrio.

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