Incontinencia urinaria y ejercicio

Incontinencia urinaria y ejercicio

Ya sabés que existe una gran variedad de tratamientos contra la incontinencia urinaria, incluso alternativas quirúrgicas. Pero ¿querés saber cómo fortalecer tus músculos pélvicos?

Enterate en esta nota.

 

Ya te contamos sobre la Incontinencia Urinaria. Sabés que se presenta como un imprevisto molesto que en algunos casos llega a afectar el normal desarrollo de la vida cotidiana porque impacta en la vida sexual, la actividad física y principalmente la autoestima del paciente.

También estás al tanto de que se trata de una afección reversible, siempre y cuando no la dejes avanzar más de la cuenta. Te contamos acerca de las posibles soluciones, y entre ellas, los Ejercicios de Kegel.

Ejercicios de Kegel

Una de las principales causas de incontinencia urinaria tiene que ver con problemas anatómicos. Ocurre que los músculos de la pelvis se debilitan con el paso del tiempo, los partos sucesivos, la infección urinaria reiterada o el sobrepeso. Pero, como cualquier otro músculo del cuerpo, es posible fortalecerlos a través del ejercicio.

Existe un método específico de fortalecimiento de la pelvis que consiste en una serie de ejercicios ideados por el Dr. Arnold Kegel durante los años ’40, y propuestos como alternativa para contrarrestar la incontinencia urinaria. También se aplican para evitar dolencias durante el parto o mejorar la experiencia sexual.

Los ejercicios de Kegel, además de fortalecer la musculatura de la zona pélvica, mejoran el funcionamiento de los esfínteres uretral y rectal.

Se trata de una práctica casi imperceptible para los demás, que se puede realizar en cualquier momento: viajando en colectivo, mirando la TV, o incluso en la fila del banco. Los ejercicios pueden ejecutarse con el cuerpo extendido, o sentada en una silla, según te resulte más cómodo.

Estos son los pasos a seguir para una práctica eficaz:

1. Relajá los músculos pélvicos y del estómago;

 2. Acercá las paredes de la vagina mediante la contracción de los músculos, sin apretar el vientre ni los glúteos;

3. Sostené la contracción durante diez segundos;

4. Relajá los músculos durante diez segundos;

5. Volvé a contraer

Para lograr un buen resultado, tenés que repetir esta secuencia 3 o 4 veces por día, en series de 10 repeticiones. Puede que parezca demasiado en un principio, pero vas a notar como se vuelve totalmente natural con el correr del tiempo, especialmente cuando empieces a notar los resultados. Se estima que luego de 4 semanas ya vas a percibir el cambio.

Algunas indicaciones sobre los ejercicios de Kegel

Hay quienes tienen dificultades para localizar y ejercitar los músculos correctos. Muchas veces, en lugar de contraerlos pujan, lo cual en vez de solucionar la incontinencia puede agravarla aún más.

Por otro lado, si al practicar los ejercicios sentís molestias en la espalda o el abdomen, o si te das cuenta de que estás comprimiendo el tórax,tampoco lo estás realizando correctamente.

Existen varias formas de detectar el movimiento adecuado:

• Consultá con un profesional si estás focalizando efectivamente en la zona pélvica, y si el movimiento es el apropiado;

• Recurrí al cono vaginal: un dispositivo con peso que se inserta en la vagina, y debe ser mantenido mediante la contracción de la pelvis;

• Utilizá métodos como la bioretroalimentación o la estimulación eléctrica para detectar los músculos;

• Sentate en el inodoro con ganas de orinar, y tratá de retener el flujo de orina en repetidas ocasiones, hasta que seas capaz de identificar los músculos.

Para controlar que los ejercicios se estén realizando bien, luego de las primeras semanas podés insertar un dedo entre los músculos vaginales. Si al contraerlos sentís una ligera presión sobre el dedo, entonces quiere decir que la práctica está siendo efectiva.

Convivir con la incontinencia urinaria es difícil y hasta a veces desagradable, por eso lo último que debe hacerse es ocultarla, o asumirla como un síntoma de vejez.

Los ejercicios de Kegel no solo son una forma de solucionarla, sino también de prevenirla. Así que, incluso si todavía no hubo indicios de pérdida de orina, es hora de poner los músculos en acción.

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